Los representantes de las provincias que integran el Consejo Hídrico Federal (COHIFE) de la Cuenca del Plata fueron informados del acuerdo bilateral entre Argentina y Brasil para atender a la situación de déficit hídrico de los ríos Paraná e Iguazú realizado a través de videoconferencia este viernes 17 de abril.
Según el informe recibido por el Instituto Correntino del Agua y del Ambiente (ICAA) ambas delegaciones resaltaron el excelente clima de diálogo constructivo, la predisposición y el espíritu de cooperación en el ámbito fluvial para encontrar soluciones conjuntas que atiendan a una situación extraordinaria de falta de lluvias que afecta a toda la región.
En cuanto al río Paraná, Brasil comunicó que como resultado de la reunión anterior del 14 de abril se programaron las erogaciones de la represa de Itaipú para que la media de 5.350 metros cúbicos por segundo de la semana anterior se aumente en 850 metros cúbicos por segundo entre el 15 y el 17 de abril.
Adicionalmente se convino que a partir del 18 de abril y hasta el 1 de mayo se aumentarán nuevamente las erogaciones en 550 metros cúbicos por segundo, para que el incremento total sea de 1.400 metros cúbicos por segundo y el caudal ascienda hasta los 6.750 metros cúbicos por segundo.
Respecto del río Iguazú, se acordó que la central hidroeléctrica de Baixo Iguaçú operará de manera tal de preservar reservas de agua que puedan posteriormente ser utilizadas en caso de que se agrave la situación de déficit hídrico de la ciudad de Puerto Iguazú y para paliar, dentro de las mayores posibilidades, los efectos del estiaje en las Cataratas del Iguazú.
En este sentido, se programarán las erogaciones para alcanzar un promedio de 290 metros cúbicos por segundo planos, con un pico de 350 metros cúbicos por segundo de 8 a 17 horas.
Por último, se estableció un mecanismo de reuniones periódicas entre los organismos intervinientes para intercambiar información, darle seguimiento al fenómeno regional de estiaje y adoptar nuevas medidas conjuntas de manera oportuna en caso de que sea necesario.
La Delegación Argentina estuvo compuesta por representantes del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto (ministro Mariano Vergara Director de Coordinación de las Comisiones de la Cuenca del Plata); del Ministerio de Obras Públicas (ingeniero Gustavo Villa Uría Subsecretario de Obras Hidráulicas y del Instituto Nacional del Agua (INA) ingeniero Juan Borús Subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico de la cuenca del Planta); de la Secretaría de Energía (doctor José Antonio López e ingeniero Eduardo Hollidge Gerente de Coordinación Operativa de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico).
Por su parte la Delegación Brasileña estuvo integrada por funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores, del Operador Nacional del Sistema Eléctrico y de la Agencia Nacional de Agua (ANA).
Los representantes de las Cancillerías que presiden conversaron también sobre los pronósticos de aportes naturales muy bajos para la región y acordaron el uso responsable del agua de los embalses.
Durante la videoconferencia los representantes de los organismos intervinientes acordaron además intercambiar información, darle seguimiento al fenómeno regional de estiaje y adoptar nuevas medidas conjuntas de manera oportuna en caso de que sea necesario.
Causas y consecuencias de un río bajo
Los expertos atribuyen la altura de los ríos de la cuenca al cambio climático, las altas temperaturas y la consecuente sequía.
Desde el sistema de alerta hidrológico del INA explicaron que el origen se encuentra en una escasez de lluvias en los últimos ocho meses. “Es un periodo seco que comenzó a manifestarse en la Cuenca del Plata desde mayo. Primero castigó a la cuenca del Paraguay y luego al Paraná y, recientemente, el Uruguay”, sostuvieron.
A diferencia de años anteriores donde los periodos secos respondían a fenómenos climatológicos mundiales como “La Niña”, ahora se deben a variaciones regionales.
“La falta de lluvias no se debe a factores de clima global, sino más bien en algo de variabilidad regional potenciada. En los últimos años pasamos de una situación muy húmeda a muy seca de forma repentina”, graficó Borús. Es un hecho relacionado con el cambio climático producto de la contaminación y los gases de invernadero.