“hay muchos factores por la que se da esta bajante histórica en el río Paraná, uno es la falta de precipitación en las altas cuencas y tampoco se da en nuestra zona y si las hay no son lo suficiente como para que el Paraná retome su ritmo normal; también debemos resaltar la extensa deforestación que hay, eso también incide mucho en la sequía; también la desertificación del suelo, el mal uso que hacemos del suelo, todo esto tiene incidencia directa de manera negativa hacia el ambiente”, explicó.
También señaló que la bajante pone en peligro a la fauna íctica que está más expuesta y pone en riesgo a extinguirse si en los próximos días o meses no cambia la situación.