En medio de una recorrida de rutina para monitorear a los ejemplares de una nueva población de oso hormiguero gigante -que fueron liberados recientemente en la reserva Carambola, próxima a la ciudad de Concepción del Yaguareté Corá- se observó una bandada de tordo amarillo en pleno vuelo. Adultos y juveniles, la colonia tenía aproximadamente unos 40 individuos, y su avistaje en el humedal correntino significa una gran oportunidad, según los científicos, de revertir la amenaza de su desaparición.
La especie está en riesgo, y fue categorizada por las autoridades nacionales en materia de conservación como en peligro crítico de extinción. Aunque es típica de los pastizales asociados a bañados o cañadas con agua permanente, el tordo amarillo había dejado de verse en la zona.
En el siglo pasado, se extendían desde Misiones hasta el sur de Buenos Aires, y hace poco más de diez años se contabilizaban alrededor de mil ejemplares en todo el país. Hoy, según registros de Aves Argentinas, quedan alrededor de 600, agrupados en dos reductos aislados en el sur de Entre Ríos y el noroeste correntino. En el sur de Misiones, desafortunadamente, ya no se los ve más.
Las aves, dicen los expertos, son sensibles indicadoras de la salud de los ambientes. Quizá una de las especies que mejor reflejan lo que le pasa a la naturaleza en estas latitudes. Por eso, que hayan elegido el Parque Iberá, aseguran, es una excelente noticia. "Están en un lugar protegido y eso aumenta las chances de revertir la situación actual", dice Rafael Abuín, responsable de las fotografías tomadas a esta nueva colonia en pleno vuelo.