Investigadores del INTA avanzan en la cría de la Tamarixia radiata, un enemigo natural que permite el control de la plaga sin productos químicos en zonas urbanas. Así lo señala la revista Chacra, con respecto a esta enfermedad que ataca los cítricos.
Con una producción anual de 2,65 millones de toneladas, limones, naranjas y mandarinas son el motor de las economías regionales del NOA y NEA. Sin embargo, para consolidarse en el mercado internacional, técnicos y productores deben agudizar el ingenio para frenar el avance del Huanglongbing en la Argentina. Para esto, el laboratorio de Entomología del INTA Bella Vista -Corrientes- avanza en la cría deTamarixia radiata, un parasitoide que disminuye las poblaciones de la chicharrita que trasmite la enfermedad. Para el manejo integrado de plagas evalúan, además, el crisópidoCeraeochrysa Sp.
Según expertos, por la capacidad destructiva que tiene esta enfermedad -una vez infectada la planta no se recupera-, investigadores de todo el mundo trabajan en el desarrollo de tecnologías y prácticas para su prevención. De hecho, estudios experimentales realizados en el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) de Uruguay registraron parasitismos de la avispa cercanos al 80 % en las poblaciones de Diaphorinacitri.
En la Argentina, las reglas para evitar su avance en plantaciones comerciales de citrus son claras. Además de producir con plantas provenientes de viveros certificados, el control de la chicharrita se puede hacer con productos químicos.
La avispa Tamarixia radiata es un parasitoide natural de Diaphorinacitri -psílido asiático de los cítricos-, esto significa que la hembra pone un huevo sobre su huésped, acción que eventualmente le provocará la muerte. Estudios realizados en Florida -Estados Unidos- demostraron que la avispa puede disminuir con éxito las poblaciones de la chicharrita y reducir el impacto de la enfermedad.
Una enfermedad milenaria
Registrada por primera vez en China -en 1870-, Huanglongbing (HLB) o enfermedad del brote amarillo es la enfermedad más importante de la citricultura mundial, debido a que todas las especies comerciales de citrus y sus cultivares son sensibles a la enfermedad. "El patógeno asociado con el HLB es una bacteria, denominada CandidatusLiberibacter", explicó Vanesa Hochmaier, especialista en fruticultura del INTA Concordia -Entre Ríos-, quien describió: "Las plantas muestran síntomas sólo después de un período de latencia que puede ir de los seis meses hasta los tres años. Una vez infectadas, no se recuperan y se tornan comercialmente improductivas". En este sentido, Hochmaier puntualizó en las señales a las que hay que prestar atención para acertar en el diagnóstico. "Suele comenzar con un amarillamiento de las ramas superiores y, con el tiempo, se extiende a toda la planta. Luego de algunos meses o años, puede provocar su decaimiento o hasta la muerte", explicó.
"En cuanto a las hojas, aparecen manchas verde-claras o amarillentas, asimétricas, con moteados irregulares, engrosamiento y aclaramiento de las nervaduras, que toman aspecto corchoso y, después de un tiempo, causan defoliación", detalló Hochmaier y advirtió que "los síntomas muchas veces se confunden con deficiencias nutricionales". "En los frutos produce deformación y asimetría, reducción de tamaño, mayor espesor y reverdecimiento de la cáscara, inversión del color, aumento de la acidez, aborto de semillas y caída prematura", puntualizó la especialista del INTA.
Estado de situación
En la Argentina, en el marco de las acciones que realiza el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) dentro del Programa Nacional de Prevención del HLB (PNPHLB) , en 2012 se detectó en forma temprana la presencia de HLB en el norte de Misiones.
En 2017, las alarmas se encendieron para las localidades de Sáenz Peña -Chaco- y Formosa. En agosto de ese mismo año, se detectó en La Banda -Santiago del Estero- y en octubre en Ituzaingó -Corrientes- en árboles de cítricos del arbolado urbano.
Por último, en diciembre del año pasado, el Senasa comunicó el hallazgo por primera vez de insectos portadores de HLB en Entre Ríos, precisamente al norte del macizo del río Uruguay, en Villa del Rosario.
Fuente: Revista Chacra