En el marco de los 45 años de la diócesis, los fieles de las distintas parroquias peregrinaron, el sábado 29 de junio, hasta la basílica correntina, donde el obispo, Mons. Montini, presidió una misa.
El obispo de Santo Tomé, monseñor Gustavo Montini, presidió la misa de acción de gracias, que fue concelebrada por todos los sacerdotes de la diócesis.
En su homilía, el prelado invitó a reflexionar sobre el hecho de "desplazarnos hasta la casa de nuestra Madre, que nos espera con la mesa preparada, una mesa que brinda un alimento que fortalece: en torno a esta mesa, ella nos ofrece la Eucaristía".
A su vez, recordó que "nuestra Madre nos reunió para recordarnos nuestra vocación de ser familia", y expresó su deseo de "que entre nosotros vivamos como familia". Al respecto, planteó: "Entre nosotros no debe haber peleas, rivalidades, competencias. Si somos familia, tenemos que amarnos, vivir el mandamiento del amor".
Además, resaltó la importancia de "ser agradecidos con todos los que ya no están y nos han enseñado a creer, nos han enseñado la fe. Creer es una maravilla que nos permite ver al Invisible en lo visible. Esto debe motivarnos a cuidar, cultivar y transmitir nuestra fe".
En ese sentido, se preguntó "cómo tendría que ser nuestra fe", y consideró: "Como un santuario; que quien se encuentre con nosotros experimente la misma sensación que sentimos estando acá, en este santuario. Que nuestras comunidades, áreas pastorales, instituciones educativas, nuestras distintas vocaciones, sean un santuario".
Por último, destacó el poder de la oración: "Cuando la Iglesia reza como lo estamos haciendo nosotros, no hay cárcel, mente, realidad que no se pueda abrir".
La celebración concluyó con una consagración de la diócesis a la Virgen de Itatí. Luego, como cierre de la jornada, se compartió un almuerzo comunitario en la Casa del Promesero.