Con la Presencia de más de 200 Catequistas de la Diócesis de Santo Tomé, los días 24 y 25 de agosto se realizó un nuevo Encuentro Diocesano de Catequistas en la Ciudad de La Cruz.
La charla formativa estuvo a cargo del Padre José María Recondo, luego un Conversatorio sobre lo meditado en la Charla y Adoración Eucarística. Por la tarde noche del sábado se realizó una Caminata por las Calles del Pueblo antes de la Santa Misa. El Domingo se inició la Oración de Laudes, luego un gesto misionero antes de la Santa Misa de Clausura presidida por Monseñor Gustavo.
En el comienzo de su Homilía, el obispo diocesano, Monseñor Gustavo Montini pidió dar gracias a Dios “porque en este marco del ENDICA nos deja experimentar su presencia, su cercanía, y regresamos con el corazón entusiasmado e inquieto, para seguir profundizando en este Dios que es bueno”.
Al tomar el evangelio del día y las lecturas, Monseñor Gustavo expresó que “la palabra de Dios, su discurso, su propuesta, no es de multitudes, sino que en realidad es de un grupo pequeño”. En este sentido, manifestó que “hoy tenemos la sensación de que el mensaje de Jesús no se quiere escuchar, y si se escucha, es para que entre por un oído y salga por el otro”, al ahondar en el tema, Montini agregó que “en las comunidades es muy difícil encontrar agentes de pastoral, que quieran donar su tiempo en bien de la comunidad”.
En este sentido, señaló que “es bueno preguntarnos si queremos seguir el evangelio de Jesús o decir hasta acá llegamos” y agregó “pero aquí lo que les quisiera rescatar es, que Jesús nos quiere hacer compartir su suerte, vamos a experimentar la soledad como Jesús, esto lo experimenta el creyente y el catequista también” aclarando que si queremos buscar el momento de fama nos equivocamos de lugar, y recomendó “no nos tenemos que desanimar, sino compartir la alegría de Jesús”.
En una segunda parte, Monseñor contó que la segunda cosa que quería compartir es la idea de adherir a Jesús, y si nos adherimos tenemos que ser consecuente, en la vida no se puede estar en la indiferencia en lo que todos hacen, ni en lo que siempre se hizo”. Y destacó que la catequesis “es un gran acto de libertad que nos conduce a liberar esclavitudes, la catequesis es un gran ejercicio de libertad, no se puede vivir en la indiferencia”.
Por último, Monseñor Gustavo puso énfasis “en los que nos convoca en este encuentro, la oración, Santa Teresa decía que la oración es un dialogo de amistad con quien sabemos nos ama, por eso es una gran invitación a que cada uno de nosotros cultivemos ese dialogo y aprendamos a orar, para aprender de esta manera cuanto somos amados, y así poder amar y enseñar, aprende a orar para enseñar a amar”.