Faltaban pocos meses para que Ernesto Sábato cumpliese cien años, pero las enfermedades, la ceguera que le impedía leer y pintar, su otra gran pasión, han acabado por derrotar al escritor argentino que siempre presumió de su pesimismo utópico, y de su “lucha por la esperanza”. Aseguraba, por ejemplo, que “el arte existe porque somos imperfectos. Escribimos porque buscamos la perfección, el Absoluto que no tenemos” y que “el gran artista es siempre un rebelde”. De eso, de rebeldía, hizo gala toda su vida, convencido de que era precisamente su “sombría visión de la realidad” lo que le levantaba “una y otra vez para luchar hasta el fin” que ha llegado hoy.
Nacido en Rojas, provincia de Buenos Aires, el 24 de junio de 1911, Sabato fue escritor, ensayista, físico y pintor. Escribió tres novelas: El túnel, Sobre héroes y tumbas, Abaddón el exterminador, y diferentes ensayos sobre la condición humana.
Hijo de Francisco Sabato y Juana María Ferrari, era el décimo de once hermanos; de hecho, nació poco después de la muerte de su noveno hermano, Ernestito, por lo que él llevaba su nombre. En 1924 regresó de la escuela primaria de Rojas y viajó a La Plata para realizar sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de La Plata, donde conoció al profesor Pedro Henríquez Ureña, a quien luego citaría como inspiración para su carrera literaria. En el año 1929 ingresó a la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de la Universidad Nacional de La Plata.
Autobiografía y fragmentación.
Su siguiente novela, Abaddón el exterminador se publicó en 1974; de corte autobiográfico con una estructura narrativa fragmentaria y de argumento apocalíptico en el cual Sábato se incluía a sí mismo como personaje principal y retomaba a algunos de los personajes ya aparecidos en Sobre héroes y tumbas.
El presidente Raúl Alfonsín le encargó que presidiera la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), cuya investigación, plasmada en el libro Nunca más, abrió las puertas para el juicio a las juntas militares de la dictadura militar en 1985.
En 1984 recibió el Premio Miguel de Cervantes, máximo galardón literario concedido a los escritores de habla hispana. Fue el segundo escritor argentino en recibir este premio, después de Jorge Luis Borges en 1979.
Los años 90 fueron generosos en acontecimientos: el 21 de diciembre de 1990, en su casa de Santos Lugares, se casó por la iglesia con Matilde Kusminsky Richter. En 1995 murió su hijo Jorge en un accidente automovilístico. En 1997 recibió el XI Premio Internacional Menéndez Pelayo. El 30 de septiembre de 1998 falleció su esposa y publicó sus memorias bajo el título de Antes del fin. El 4 de junio de 2000 presentó La Resistencia en la página de Internet del diario Clarín, convirtiéndose en el primer escritor de lengua española en publicar un libro gratuitamente en Internet antes que en papel. La edición en papel sería lanzada el 16 de junio.
Residía desde 1945 en la localidad de Santos Lugares, provincia de Buenos Aires, donde sólo se dedicaba a la pintura, ya que los médicos le habían prohibido terminantemente leer y escribir. En 2005 dejó de salir de su casa y de recibir visitas: un ejército de enfermeras y asistentes le preparaban la comida y le leían durante la tarde hasta que se dormía. Mientras se iba apagando, el 11 de febrero de 2009 la SGAE lo propuso por tercera vez ante la Academia Sueca como candidato al Premio Nobel de Literatura de 2009 junto con Francisco Ayala y Miguel Delibes.
CENTRO DE EDUCACIÓN FÍSICA N° 10. Ituzaingó, Corrientes.